Introducción a la figura literaria de Jacinto Ventura de Molina
Nace en 1766, en Rio Grande do Sul, hijo de liberto y esclava. Recibe el apellido del amo de sus padres, el Brigadier José Eusebio de Molina. Fue alfabetizado y aculturado por el Brigadier, quien le enseñó latín, derecho, recitado de textos grecolatinos, desde sus primeros años. Esto lo condenó a necesitar un reconocimiento como letrado en un mundo colonial en el que los negros eran el último peldaño en la escala social. No puede ser considerado letrado porque no pertenecía a la clase dominante de la ciudad letrada y porque su educación había sido insuficiente. En sus escritos va a citar textos clásicos con incorrecciones, pero en su imaginario había una identificación con lo letrado que, al mismo tiempo, lo diferenciaba de los de su clase subalterna y, probablemente, de su familia. Católico y monárquico, no adhirió a la causa artiguista. Más adelante, es reconocido como letrado en el campo jurídico y obtiene un cargo militar. En una época en la que no era sencillo publicar, los recursos materiales para escribir eran costosos, y sin una red social para hacer circular sus textos, su obra debió permanecer manuscrita. Su archivo, escrito entre 1817 y 1837, contiene documentos, cartas, memorias, oraciones, al modo de los archivos de los letrados de la época. Casi todo lo que escribe es autobiográfico; la prosopopeya es un género característico del siglo XIX. El problema a estudiar es que la persona gramatical que emplea es un Yo que va a presentar variaciones a lo largo de sus textos. Su necesidad de reconocimiento chocó contra el muro de la hegemónica ciudad letrada que veía una amenaza en su mimesis del mundo de los blancos y lo dejó en una posición marginal como intelectual.
--colaboracion de SK LA MUJER DESE LA ISLA DE LOS LOBOS