La niña y la muerte .... mrs isla de los lobos

A las cinco de la tarde sonó la campana de la escuela. La niña quería llegar a casa para merendar y jugar. La esperaba una larga caminata por las anchas avenidas arboladas; sentía inquietud caminando sola por esas calles desconocidas. Se habían mudado hacía poco tiempo desde Goes a Piedras Blancas. Esa mudanza, problemas de dinero; intuía algo más. Un manto sombrío de negación los envolvía; no se podía hablar. Ella no hizo preguntas, silenció temores y dudas. Percibía a sus padres metidos cada uno en su mundo, estallando en discusiones y palabras violentas. La semana siguiente a la mudanza sucedió algo inquietante que sólo fueron capaces de interpretar como presagio mucho más tarde, cuando la tragedia se abatió sobre la familia. Una noche sintieron que caía una lluvia de piedras sobre el techo. Cuando llegó a la casa estaba anocheciendo. Para dejar su túnica y portafolio debía pasar frente al cuarto de los padres. Se detuvo un instante en la puerta del dormitorio paterno; lo que vio en la semipenumbra la aterró, sintió escalofríos; sólo pudo gritar. Un hombre yacía sobre la cama. Una hora más tarde les informaron que el padre se había suicidado en un bar de la Ciudad Vieja.